Nuestro Padre Jesús Nazareno, Tomas de la Sierra, 1717.
Nuestro Padre Jesús Nazareno es un paso de vestir con pelo natural, su patetismo lo hace parecer bastante impresionante. Fue tallado por Tomás de la Sierra en 1717. En origen constaba de la talla de Jesús junto con un Cirineo, que fue guardado el año de la compra de «Jesús el Nuevo», para no procesionar dos pasos en similares condiciones. Se le llama cariñosamente «el Viejo», y lleva siglos procesionando a hombros. Va vestido con un hermoso traje morado bordado en los extremos en oro y va ceñido a la cintura con un cíngulo dorado también. La cruz es grande y gruesa y muy decorada. El trono que lo sustenta está decorado con frases bíblicas y es llevado por cofrades que deben ir sin ningún tipo de calzado.
Jesús Nazareno con el Cirineo, Victor de los Ríos, 1955.
Nuestro Padre Jesús Nazareno con el Cirineo es una impresionante escultura en madera de roble tallada en 1955 por el escultor Víctor de los Ríos. Es una de las tallas de mayor calidad en la Semana Santa de Palencia. Jesús, con un rostro muy hermoso y dolorido y un cuerpo idealizado lleva una cruz de madera cuarteada sostenida en su parte trasera por el Cirineo de tez casi sosegada en contraste con la cara del Señor. Ambas son tallas de vestir y son portadas a hombros por cofrades que al igual que con el Nazareno «Viejo» deben ir descalzos obligatoriamente. La carroza dispone de una gran peana de colores verdeazulados rematada en oro que se asienta sobre una plataforma de madera cuyos cantos van forrados con tela morada y sostenidos por entramados metálicos dorados que representan diferentes momentos de la Pasión. Su belleza general queda patente en que aunque debiera ser una escena más junto a la Erección de la Cruz, Longinos y la Verónica se ha convertido en una imagen «quitándole» el puesto de paso titular al Jesús Nazareno de Tomás de la Sierra.
Nuestra Madre la Virgen de la Amargura, Víctor de los Ríos, 1955.
Nuestra la Virgen de la Amargura es una escultura tallada por Víctor de los Ríos en 1955 también. Es una de las tallas más hermosas de María. Su amargo rostro y el gesto pacífico de sus manos le otorgan una gran piedad y delicadeza. Es precisamente su rostro su mayor belleza y curiosidad: cuando recibe una luz frontal parece una virgen joven de entre 25 y 30 años; pero si la luz es cenital, lateral o inferior se convierte en una mujer madura de unos 40 o 45 años. Va vestida con un traje negro con estampados en oro y con un velo blanco punteado sobre el que se asienta otro velo del mismo color que el traje.